Poseedor de una voz muy personal y reconocible y de un espléndido dominio del dibujo y el color, Javier de Juan se convirtió en uno de los artistas más presentes y activos en el campo del dibujo y la pintura de los años ochenta. Comenzó su carrera artística como pintor e ilustrador, entonces muy imbricado en los presupuestos de la llamada Nueva Figuración Española, formada por una serie de artistas muy diversos, pero a la vez con unos rasgos comunes -fundamentalmente una alta temperatura figurativa, colorista y narrativa-.

Javier de Juan es ante todo un espléndido dibujante con una capacidad innata para contar historias a través de las imágenes. Su técnica es fresca, ágil, clara y sencilla. Con pocas líneas y gráficos es capaz de construir escenas, situaciones, momentos y, por supuesto, emociones. Sus personajes, hombres y mujeres, son siempre reconocibles y están animados por una vivacidad especial, llena de energía, registros, movimientos y también sensualidad.