Jaime Velazquez Cádiz, Spain, 1987
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En esta luminosa escultura, Jaime Velázquez reinterpreta el símbolo universal de la paz a través de una poderosa paradoja. La paloma blanca y resplandeciente, modelada con superficies suaves y radiantes, parece encarnar pureza y esperanza a primera vista. Sin embargo, oculta bajo su delicada forma una bomba, un contrapunto abrupto que irrumpe en la serenidad de su vuelo. La paleta vívida y contrastada característica de Velázquez intensifica esta tensión, fusionando inocencia y peligro, armonía y fractura. Las líneas limpias y la presencia casi brillante de la pieza desdibujan la frontera entre la tranquilidad y el conflicto, invitando al espectador a contemplar la frágil dualidad entre el ideal de la paz y las realidades que la amenazan. A través de esta contradicción, el artista convierte un emblema familiar en una profunda meditación sobre la complejidad de la paz en un mundo lleno de tensiones.