Dando continuidad a mis proyectos anteriores, me acerqué a un territorio lejano y aislado, desde el punto de vista físico y conceptual. A una forma de vida desarrollada en condiciones extremas tanto naturales como climatológicas. Llegué a Alta Guajira, en Colombia, conviviendo con los Wayúu. Zona desértica y plana donde casi no hay agua y donde vivir con dignidad se convierte en un acto heroico y diario. Pero a pesar de ello, los indígenas Wayúu siempre muestran su mejor sonrisa y combaten las dificultades con creatividad. Son un pueblo que a fuerza de tener que obviar su cruda realidad se ve abocado a crear otra más amable y soportable.
(Magdalena Correa)