Arte Informado

LOLA GUERRERA Y PAULA VALDEÓN

Descripción de la Exposición
FRONTERAS DE TIERRA Y LUZ reúne las obras recientes de Lola Guerrera y Paula Valdeón Lemus, dos jóvenes artistas españolas de mirada inquisitiva que, partiendo de lo íntimo, consiguen representar la universalidad y hacernos reflexionar sobre lo efímero y circunstancial de nuestras propias fronteras.

Esta nueva exposición en la Galería Isolina Arbulu de Marbella nos recibe con pinturas y cerámicas de Paula Valdeón (Badajoz, 1992). En su serie “Eliminar la tierra” la artista continúa su exploración de los diseños decorativos, patrones y colores de las viviendas, en este caso centrándose en los pueblos indigenas de la zona de San Cristobal de las casas en México. La artista juega con formas, colores y espacios de los lugares, incluyendo motivos de su mapa mental. Surgen pinturas y dibujos basados en la cultura de estos poblados indígenas que dan protagonismo a la naturaleza. Las piezas resultantes son una conciliación de opuestos, donde la convivencia de las dos culturas sirven a la artista para crear unas obras en las que se aprecia una sinergia plástica entre tres mundos, el Tzotzil, el colonial y el de la imaginación, así la pomposidad de las baldosas barrocas deja ver muy de soslayo la representación Tzotzil de la tierra.

En la planta baja de la galería, encontramos la obra de Lola Guerrera (Córdoba 1982), en su proyecto "La última frontera, la luz" la artista retrata una tierra fragmentada donde la luz como metáfora visual recrea la inmensidad de las constelaciones que surgen de los pequeños y efímeros restos frágiles de la naturaleza, una búsqueda de lo esencial desde la reflexión sobre lo efímero y lo abstracto. Dos esculturas aéreas de semillas y hojas en un equilibrio imposible se convierten en galaxias suspendidas, metáforas que nos advierten de la fugacidad de la vida. En la sala principal, a través de una gran instalación formada por diminutas flores y utilizando la luz como materia prima, la artista crea un universo filosófico y matemático en una mirada introspectiva y abstracta. Cinco fotografías de Guerrera cierran la exposición captando lo fugaz, la artista consigue sugerir la sensación de aislamiento y fragilidad que persigue al ser humano.