Resumen

Si tuviese que resumir o encuadrar todos mis proyectos artísticos realizados hasta la fecha, en una sola palabra, esa sería sin duda LO EFÍMERO.

Fotógrafa de formación, Lola Guerrera comenzó su carrera construyendo imágenes que sólo existían para ser fotografiadas, piezas con un componente efímero muy fuerte que buscan la conexión con la incertidumbre. Asi surgen grandes piezas hechas con retazos minúsculos de materia, conectando lo mínimo con lo máximo y destacando la inmensidad del cosmos frente a nuestra propia fragilidad.

El siguiente (y natural) paso tras las instalaciones efímeras, fue la creación de instalaciones pensadas para espacios expositivos y acciones artísticas concretas donde la artista experimenta una lógica evolución hacia la bidimensionalidad y más adelante creando esculturas donde lo efímero es ya solo una ilusión.  Obras de aparente fragilidad que adquieren tridimensionalidad convirtiéndose en esculturas capaces de sobrevivir más allá del momento artístico, con profundas connotaciones espirituales, que ponen el dedo en la llaga de la brevedad de la vida y de la intrascendencia de las preocupaciones terrenales. Lola nos enfrentan a nuestra propia fugacidad creando mundos que surgen como atmósferas cerradas y emocionales.

Obras
Biografía

Hablar del universo y su vasta complejidad con un sencillo montón de hojas secas.

Lola Guerrera (Córdoba, 1982) entiende el arte así, como un modo de explicarse y explicarnos lo más grande a través de lo más pequeño. Existe, por tanto, cierta actitud solícita por parte de la artista que intenta hacer inteligible y bello aquello que por su magnitud escapa a nuestro entendimiento.

Como buena constructora de metáforas, Lola hace coincidir en cada obra signo y significado. El signo: hojas secas, semillas, plantas, arbustos, jarrones con flores, ramas, matorrales,… elementos, en definitiva, extraídos de la naturaleza o ubicados en el medio natural. El significado: los ciclos vitales (la vida y la muerte), la suspensión de los planetas en el universo, las nebulosas, el principio de entropía,… conceptos que entrañan una complejidad considerable y que provienen del mundo de la ciencia. La clave está en la conexión que Guerrera logra de esos dos mundos, distintos y semejantes a la par ya que se rigen por las mismas leyes físicas. De este modo, Lola consigue que los elementos naturales más pequeños y frágiles hablen de la inmensidad universal. Ha de conectar, por tanto, dos lenguajes muy distintos: el botánico o conocimiento fitológico y las figuras propias del mundo científico (prismas, fotografías de telescopios, la esfera armilar,…).

Exposiciones
Press
Art Fairs